MESIAS: Mensajeros de la Luz.

[Gran Príncipe Cauter]

MESIAS:

Los Mesías son instructores de humanidades que se equivocaron al tomar la Gran Decisión y prefirieron dar el mando a la personalidad, a lo material y externo. Como entonces eligieron el sufrimiento y las limitaciones, precisan de un conductor que los oriente en
el camino del bien, hasta que logren superarse.

La palabra "Mesías" quiere decir Enviado, Mensajero de la Luz a los mundos densos de Tercera Dimensión donde imperan el atraso, el sufrimiento porque son planetas de humanidades desviadas; por lo tanto, los pobladores de esos globos evolutivos nacen con karmas que han de pagar lo cual hace la vida muy difícil.

Como el peso de la Otra Polaridad y sus malvadas técnicas atormenta, y retarda en el camino evolutivo de esos mundos, hace falta la esperanza, envolver a los planetas en luz, lo cual realizó El Mesías en sus reencarnaciones terrenas y también desde las Altas Esferas en estado perfecto, porque los Mesías son siempre Luz Divina en acción, amor, justicia y paz. Para cumplir su labor, cuentan con muchos seres de luz, unos encarnados y otros no. En caso de Jhasua, eran los 70,000 de la Gran Alianza.

En esta galaxia donde se encuentra situada la Tierra, hay setenta Mesías que son hijos del Padre Sirio. Todos ellos pertenecen unidos desde eones de tiempo por una alianza de amor y se ayudan mutuamente.

El Mesías de este planeta siempre ha sido el Maestro Jhasua, conocido como Jesús el Cristo desde su novena encarnación terrena. Su rayo gemelo, la Amada Odina, es Mesías de Venus.

Los Mesías han de ser preparados durante largo tiempo con servicios desinteresados de amor y renunciación que los van fortaleciendo, capacitando para tan difícil misión que requiere de muchos sacrificios.

Los Mesías conducen a los planetas cuyas humanidades se desvían por dar el mando a la personalidad en la Gran Decisión que se precisa tomar al final al finalizar la primera civilización. Estos mundos son muy pocos, pues la mayoría de los planetas de Tercera Dimensión avanzan por el camino del bien, sin tener que pasar por el largo acontecer del sufrimiento, ya que la Divina Presencos conduce, por lo tanto, no necesitan Mesías sino Maestros Ascendidos que los guíen. De ahí, el simbolismo del pastor y las ovejas descarriadas, que son unas cuantas en todo el rebaño: 70 planetas en esta galaxia son los que necesitan Mesías y los demás no.

El Mesías de la Tierra comenzó su labor cuando Juno en la lejana Lemuria, y luego pasó por ocho encarnaciones más hasta novena como Jhasua de Nazaret. Esas encarnaciones no eran seguidas, pues estaban separadas por milenios. La finalidad de reencarnar como humanos se hace necesaria por motivos de ayuda directa, como ejemplo viviente y elevación de los seres que necesitan ver, oír, presenciar hechos sorprendentes para poder superarse al sentir cerca la presencia de un ser de luz tan elevado. Ello explica que más seres rescatados por El Mesías durante sus vidas terrenas se fueran sumando a la Gran Alianza y hayan persistido hasta los tiempos actuales como seguidores de su doctrina.

Cuando era Jhasua de Nazaret, el pueblo hebreo esperaba al Mesías que, durante siglos, había sido anunciados por los profetas; pero lo imaginaban guerrero y triunfador, como un rey poderoso capaz de tomar la espada y, por la fuerza de las armas, liberar a Israel de La tiranía romana que era ya insoportable. Ese Mesías Salvador, a nivel humano o y externo, sería un Rey de Reyes porque dominaría a todos los monarcas de la Tierra para que el pueblo hebreo fuera poderoso y libre, superior en todo. Así, los hebreos lo interpretaron.

Leyendas y tradiciones sagradas, interpretadas de ese modo, también aseguraban que el Mesías sería un Salvador para solo el país de Israel y quedarían excluidos todos los demás pueblos del mundo. Decían también que el Mesías sería descendiente de David, hijo primogénito, que nacería en Belén (Betlehem) ciudad cercana a Jerusalén. Sólo los Esenios conocían la verdad y no pensaban que y no pensaban en el Mesías de esa manera, sino como instructor de verdad y luz que elevara a las multitudes. Los astros anunciarían su llegada.

Las nueve (9) encarnaciones del Mesías en este planeta durante épocas diferentes fueron las siguientes: En Lemuria: Juno y Numú. En la Atlántida: Anfión y Antulio. Después, siguió Abel en tiempos de los antiguos Kobdas. Las cuatro últimas encarnaciones fueron como Krishna, Moisés, Buda y Jhasua de Nazaret.

Amado Maestro Ascendido Lanto.